¿Cómo establezco un horario de comidas para mi bebé?
Ten en cuenta que es perfectamente normal que tu recién nacido tenga hábitos de sueño y alimentación completamente impredecibles. Incluso puede que confunda el día y la noche (duerme durante el día y está despierto por la noche). No te opongas a su ritmo natural. De hecho, es importante que aprendas a reconocer y descifrar las señales que te da, y que te indican cuándo tiene hambre y cuándo está lleno. Dicho esto, puedes encaminarlo con suavidad hacia un horario más regular. Sigue los siguientes pasos:
Establece otros horarios. Baña a tu bebé y llévalo de paseo a la misma hora cada día. Así lo acostumbrarás a la idea de una rutina diaria. De hecho, probablemente le gustará. Con un poco de suerte, esto facilitará el crear una rutina regular para el resto de sus actividades.
Ayuda a tu bebé a dormir bien. A veces tu bebé se dormirá al final de una toma de leche, como para señalar que ya ha terminado de comer. Otras veces puede adormecerse durante una toma, pero se despertará media hora después porque aún tendrá hambre.
Así que cuando le des pecho o biberón a tu bebé, no le sobrealimentes si está despierto y está claro que ya ha comido suficiente, pero trata de asegurarte que ha comido bastante antes de que se quede dormido.
Pon música alegre, habla con él, o cámbiale el pañal a mitad de la toma si crees que se está adormeciendo a la mitad de su comida sin haberse llenado lo suficiente.
Si estás amamantando, ofrécele ambos pechos en cada toma. La leche que sale al final de la toma en cada pecho es la más rica en grasas. Por eso es importante asegurarte de que vacía bien por lo menos uno de tus pechos, incluso si no necesita vaciar ambos pechos para sentirse satisfecho. Si la succión de tu bebé no es muy intensa, puedes ayudarle a tomar la leche rica en grasas si masajeas tu pecho durante los últimos minutos de la toma. Si tu bebé tiene una succión muy fuerte y se agarra muy bien al pezón, probablemente no le costará nada obtener esa leche rica en grasas por sí mismo. Recuerda, también, que todos los bebés son diferentes. Algunos pueden vaciar el pecho en cuatro o cinco minutos, mientras que otros (especialmente los bebés muy pequeñitos) podrían necesitar entre 15 y 20 minutos. Los bebés aprenden a amamantar más eficazmente a medida que crecen y se ponen más fuertes. Otro aspecto para tener en cuenta es la necesidad calórica de tu bebé, lo que está relacionado con su sueño. Dado que los bebés tienen que satisfacer su necesidad calórica durante un periodo de 24 horas, si tu bebé duerme mucho en el día, es más probable que se despierte durante la noche a comer. Si ése es tu caso, es recomendable que despiertes a tu bebé durante sus siestas de la tarde para que lo alimentes (con leche materna o de fórmula) y de esta manera cumpla con su necesidad calórica. Si haces eso, es menos probable que se despierte por las noches a comer (o quizás se despierte menos).
Presta atención a los ritmos naturales de tu bebé. Mientras tu bebé sea muy pequeño, dale de comer siempre que parezca hambriento, aunque parezca que no hay ningún tipo de orden ni rutina en sus horas de comer. Puede que le des de comer una docena de veces al día durante las primeras semanas.
Una vez que sepa comer de forma más eficaz (alrededor de las cuatro semanas de edad), probablemente las tomas se reducirán a ocho al día. Éste es un buen momento para tratar de descubrir si sus hábitos alimenticios siguen un patrón.
Si observas a tu bebé cuidadosamente, quizás podrás detectar también otras rutinas consistentes. Fíjate en cuándo está alerta, cuánto tiempo duerme y cuándo hace popó. A veces los bebés hacen popó a intervalos regulares en relación a sus horas de sueño y comida.
Quizás tu bebé no consiga dormirse hasta que hace popó, por ejemplo, o quizás sólo está listo para comer después de hacer popó por la mañana. Una vez que empieces a notar una consistencia en sus actividades, podrán establecer una especie de horario (aunque siga siendo flexible).
