Vitaminas lo que debes saber si estas embarazada...
¿Qué son las vitaminas?
Las vitaminas son compuestos orgánicos imprescindibles para la vida que deben ser ingeridos en pequeñas cantidades diarias para el correcto funcionamiento del cuerpo humano. El organismo no es capaz de sintetizar muchas de las vitaminas en cantidades suficientes, de modo que el aporte de éstas tiene que venir de fuera. Por este motivo, las vitaminas tienen que tener un papel importante en una dieta sana y equilibrada.
Las necesidades diarias de vitaminas son mínimas, bastan con pequeñas dosis de cada una de ellas para alcanzar el aporte necesario para el organismo. Sin embargo, la deficiencia de esas mínimas cantidades puede conllevar el fracaso de procesos básicos y fundamentales del cuerpo humano, apareciendo enfermedades que pueden llegar a ser muy graves dependiendo del tipo de vitamina deficiente.
Las vitaminas intervienen en la mayor parte de las reacciones químicas del organismo, son necesarias para la formación y estructura de las células y para tener buena salud física y mental. Aunque la dieta sea el factor principal en la asimilación de estos nutrientes, existen otros factores que pueden influir en la adquisición de las mismas. Entre estos factores destaca el tabaco, la cafeína, el alcohol, el estado nutricional o el propio estrés.
Todos estos factores pueden afectar negativamente en la adquisición de las vitaminas provocando que nuestro cuerpo disponga de menos cantidad aún consumiendo las dosis necesarias en la dieta.
Por otro lado, su aporte excesivo también puede ser nocivo para nuestro organismo, produciéndose lo que se conoce como hipervitaminosis que puede llegar a ser tan importante como el déficit de vitaminas. Por todo esto, es importante conocer cuáles son las dosis necesarias y qué vitaminas son imprescindibles en una dieta saludable para el correcto funcionamiento de los órganos y tejidos.
Funciones de las vitaminas en el organismo
Vitamina A, Vitamina C, Vitamina D
Las vitaminas se encargan de realizar funciones muy específicas en el cuerpo humano. Algunas actúan como hormonas; otras intervienen en reacciones celulares imprescindibles para un buen funcionamiento de los tejidos; otras se encargan de procesar nutrientes como las proteínas, las grasas o los carbohidratos; ciertas vitaminas se usan para producir las células de la sangre o el material genético; e incluso las hay que intervienen en la síntesis de estructuras del sistema nervioso.
Algunas de las vitaminas más importantes y sus funciones principales son las siguientes:
• Vitamina A:
Es importante para el mantenimiento de la piel, el funcionamiento correcto de la visión y en las funciones de reproducción y crecimiento óseo.
• Vitamina D:
Imprescindible en la absorción del calcio y el fósforo, por lo que es necesaria para la mineralización del hueso. Se necesita para su correcta síntesis la luz del sol, por lo que, además de un buen aporte dietético, hay que tomar el sol a diario y salir al aire libre. Esta vitamina es también importante en la secreción de insulina y en el trasporte activo de los fosfatos.
• Vitamina E:
Destaca su función antioxidante. Favorece la actividad de la vitamina A. Además es utilizada para la formación de los glóbulos rojos de la sangre y tiene acción en la circulación periférica.
• Vitamina K:
Su deficiencia provoca graves alteraciones de la hemostasia con tendencia al sangrado espontáneo por déficit en la síntesis de los factores de coagulación.
• Vitamina C:
Aumenta la absorción de hierro, tiene un importante papel antioxidante, interviene en el metabolitos de los aminoácidos, evita la aparición de infecciones, actúa sobre el colesterol sanguíneo y participa en la cicatrización de las heridas.
• Vitamina B3:
Es importante para el metabolismo de los nutrientes (grasas, proteínas e hidratos de carbono), para la buena circulación sanguínea y el mantenimiento de diversos órganos y sistemas.
• Ácido fólico:
Necesario para la síntesis de los elementos del código genético y formación del tejido nervioso en el embrión. Los niveles bajos de ácido fólico y de vitamina B12 se han relacionado con la aparición de patologías cardiacas.
• Vitamina B12:
Interviene en la síntesis de la mielina, sustancia que recubre los nervios del sistema nervioso y que permite su buen funcionamiento. Esencial en el metabolismo de las células, especialmente a nivel del tracto gastrointestinal.
Tipos de vitaminas
Vitaminas liposolubles e hidrosolubles
Las vitaminas se han clasificado principalmente en función a su solubilidad, es decir, según su capacidad para disolverse en otra sustancia que es el agua o las grasas.
De esta manera podemos hablar de vitaminas hidrosolubles, cuando se disuelven en agua, o vitaminas liposolubles cuando lo hacen en grasa.
Los dos grandes grupos de vitaminas son:
Vitaminas liposolubles
Pertenecen a este grupo las vitaminas A, D, E y K.
Las vitaminas liposolubles, debido a su capacidad para disolverse en la grasa, se almacenan en el tejido graso del organismo. Gracias a esta capacidad, se absorben fácilmente en el intestino y desde la sangre van a la grasa del cuerpo humano donde pueden almacenarse durante mucho tiempo. De esta forma, aunque el aporte de estas vitaminas sea insuficiente, el cuerpo puede contar con estos depósitos durante un tiempo más o menos largo hasta que se agoten definitivamente. Además del tejido graso, las vitaminas A y D se almacenan en el hígado donde sus reservas pueden llegar a durar hasta meses. Esto no ocurre, sin embargo, con los depósitos de vitamina K que se agotan relativamente rápido en unos días por lo que su déficit se manifiesta antes que el de las otras vitaminas liposolubles.
Por otro lado, esta capacidad para almacenarse en la grasa durante largos periodos de tiempo es también la responsable de que estas vitaminas puedan acumularse hasta niveles tóxicos para el organismo al no eliminarse, lo cual es peligroso para la salud. En concreto, el cuerpo humano es especialmente sensible al acúmulo excesivo de vitamina A y D. Por todo esto, lo recomendable sería consumir las cantidades justas y necesarias de vitaminas liposolubles para evitar tanto problemas por su deficiencia como por su toxicidad.
Las principales fuentes de estas vitaminas y las consecuencias de su consumo excesivo o insuficiente son:
Vitamina A: Se encuentra en la leche, la yema de huevo y ciertas verduras. Consumida en exceso puede ser causa de dolor de cabeza, alteraciones en la piel… El aporte insuficiente de esta vitamina provoca en los casos más graves ceguera nocturna y lesiones en el globo ocular. Vitamina D: Presente en la leche y en el huevo entre otros. Es imprescindible la luz solar para su activación. El déficit es causa de raquitismo y osteomalacia; mientras que un abuso de la misma puede provocar el depósito de calcio en diferentes órganos.
Vitamina E: La podemos consumir con la soja, los cereales, la yema de huevo y algunos vegetales. La falta de vitamina E se relaciona con manifestaciones neurológicas.
Vitamina K: Está presente en las verduras de hoja oscura, carne de cerdo y en hígado. Otra parte de la vitamina es producida por las propias bacterias intestinales. Cuando hay un aporte excesivo de esta vitamina puede aparecer anemia o ictericia; así mismo, su déficit conduce a la facilidad para el sangrado por alteraciones en la coagulación.
Vitaminas hidrosolubles
Las vitaminas solubles en agua son la vitamina C y las vitaminas que conforman el grupo del complejo B. A diferencia de las vitaminas liposolubles, éstas no se almacenan en el cuerpo y se deben consumir diariamente para cubrir las cantidades necesarias para el organismo. Por esta razón se podría pensar que las vitaminas hidrosolubles son inocuas en grandes cantidades por su rápida eliminación, pero esto no es cierto ya que este tipo de vitaminas también pueden presentar efectos tóxicos en dosis excesivas.
• Vitamina C:
Se encuentra en algunas frutas (naranja, kivi, limón…), las espinacas, la leche y la carne entre otros alimentos. Su carencia produce la enfermedad conocida como escorbuto (hemorragias, pérdida de dientes, gingivitis…) y su exceso puede ser causa de cólicos renales.
• Vitaminas del complejo B:
Son las siguientes : Vitamina B1 o Tiamina, Vitamina B2 o Riboflavina, Vitamina B3 o Niacina, Vitamina B5 o Ácido Pantoténico, Vitamina B6 o Piridoxina, Vitamina B8 o Biotina, Vitamina B9 o Ácido fólico y la Vitamina B12 o Cianocobalamina. Los alimentos que contienen vitaminas del complejo B son el pescado, los productos lácteos, el hígado, la carne de pollo, la levadura de cerveza, los vegetales de hojas oscuras, los cereales y el huevo.